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Hablemos de Competitividad Víctor Mondragón

La FORMACIÓN, clave en un mundo cada día más competitivo


La formación permanente es un tema de una importancia vital. Con la revolución tecnológica en marcha generando nuevas necesidades, nuevas demandas y nuevas soluciones y con la deslocalización de empresas acelerada por la globalización, la estructura del mercado laboral ha cambiado de manera irreversible.

Las personas cambiarán de trabajo y ocupación muchas veces a lo largo de su vida y tendrán muchas más posibilidades de triunfar aquéllas que demuestren tener más flexibilidad y capacidad de adaptación. Además de los conocimientos básicos propios de cada ámbito de actividad, se valorará más un tipo de inteligencia “práctica”, capacidad de relacionarse y liderazgo, que los conocimientos específicos para un determinado puesto de trabajo, conocimientos que las propias empresas impartirán en cursillos de formación internos para el personal seleccionado.

Todo esto se acentúa todavía más en el marco de las pymes que basan su subsistencia en una carrera continúa intentando ir por delante: adaptarse, cambiar, adaptarse, cambiar…

Las pymes de productos hechos a mano requieren de una formación continua. Es necesario involucrar el concepto del diseño en la producción como una manera de lograr propuestas innovadoras que respondan a las exigencias de un mercado cambiante y competido, donde se exigen productos diferenciados. Otro aspecto es la innovación y desarrollo de productos como factor competitivo que genera productos diferenciados con calidad y así mejorar los procesos productivos y el desarrollo tecnológico.

En resumen, podemos decir que en la artesanía se da la singularidad de que debe ofrecer un producto con raíces, historia y alusiones locales, pero a la vez, este producto debe ser singular, diferenciado e innovador si quiere sobrevivir como empresa. La artesanía tendrá futuro si es capaz de conjugar con acierto la tradición con la dosis necesaria de INNOVACIÓN. Y ahí es donde radica la mayor virtud de la FORMACIÓN PERMANENTE. Aun dando por supuesto que los conocimientos proyectuales, técnicos y empresariales fuesen los óptimos, una MYPE que quiera salir adelante debe estar al tanto de las últimas novedades en todos los campos que la afectan: tendencias, materias, maquinaria, tecnología, legislación, etc. y, obviamente, ésta es una tarea que nunca termina.

El texto del presente artículo ha sido extraído directamente de la Editorial del Boletín Sectorial de Artesanías y Joyería Octubre 2019, elaborado por mi persona.

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Hablemos de Artesanías Competitividad Víctor Mondragón

Consideraciones para mejorar el sector exportador de Artesanías


Cualquier sector, cualquier empresa, sabe que su visibilidad depende de la calidad, el prestigio, la reputación de sus productos y de su acción. Si entendemos la artesanía como una marca, como una empresa, deberíamos actuar en la dirección de conseguir una buena reputación.

Los conceptos que se manejan en el ámbito de la reputación de una marca y/o producto hablan de los valores funcionales, los sociales y los emocionales. Su justo equilibrio da como resultado una marca, una empresa prestigiada.

La artesanía tiene su debilidad en los valores funcionales (para que sirve, que soluciona, que lugar tiene entre mis objetos y necesidades cotidianas, sean estéticas, lúdicas o funcionales puramente), en como generosamente me proporciona una satisfacción que yo puedo compartir sin olvidar su relación calidad–precio.

Por el contrario, en cuanto a sus valores sociales, el sector artesanías muestra un fuerte compromiso ético con el desarrollo del sector y buenas prácticas comerciales, siendo una de sus fortalezas, pese a no dejar de lado, cierta picardía para incrementar sus ventas, como es el caso de los artesanos que venden como artesanía objetos que no son producidos por ellos).

Cierto es que los valores emocionales son los más rescatables: todavía hay mucho público que tiene una empatía natural con la artesanía, si bien no se puede bajar la guardia (las buenas producciones de diseño industrial tienen un enorme camino recorrido y a recorrer).

Una estrategia para prestigiar la artesanía pasa por evidenciar y potenciar aquellas buenas practicas (que las hay, y muchas) que coinciden en los valores arriba señalados. Los conceptos claves serian: diseño y función, nuevos usos-nuevas necesidades, cuidar el valor de signo de lo artesano como sinónimo de cultura y sostenibilidad, la ética de “lo pequeño es hermoso”, y buscar la complicidad de las identidades culturales, del poso de la tradición como raíz del futuro.

El texto del presente artículo ha sido extraído directamente de la Editorial del Boletín Sectorial de Artesanías y Joyería Agosto 2019, elaborado por mi persona.

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